Hermosillo, Sonora a 26 de septiembre del 2010.
Por: Profr. Gerardo Castro Ruiz.
Secretario de Proyecciones Salariales
del Comité Ejecutivo de la Secc. 28 del SNTE.
Fueron cuatro los sucesos que me motivaron a revisar si la Alianza por la Calidad de la Educación signada el 15 de mayo del 2008 entre el Gobierno Federal y el SNTE contemplaba las causas y la prevención de los accidentes escolares:
1.- Hace poco, mi hija que pronto cumplirá 10 años y cursa el cuarto grado de primaria, publicó en facebook. “Había sufrido un accidente en la escuela.
2.- El 14 de septiembre el profesor Félix Mendoza Acuña, Delegado del ISSSTE en Sonora, entregó de manera simbólica 1000 botiquines de primeros auxilios en las oficinas de la SEC, para ser distribuidas en las escuelas.
3.- Este fin de semana casualmente tuve en mis manos una guía de accidentes escolares y su prevención, que distribuyó la dependencia educativa en 1990.
4.- El pasado 24 de septiembre, la SEP y el SNTE, entregaron de manera conjunta un informe sobre los logros de la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE) en su III eje que se refiere al “Bienestar y Desarrollo Integral de los Alumnos”, el cual contempla el séptimo y octavo de 10 puntos contenidos en la A.C.E. http://alianza.sep.gob.mx/pdf/Alianza_por_la_Calidad_de_la_Educacion.pdf los cuales se refieren a la salud, alimentación y nutrición; y a las condiciones sociales para mejorar el acceso, permanencia y egreso oportuno, respectivamente.
Los logros enumerados en once puntos, sin duda significan un avance en la atención y solución de factores que influyen en la calidad educativa. Entre ellos se encuentran: La distribución de 27 millones de Cartillas de Salud a igual número de alumnos, docentes y directivos; ampliación de la oferta nacional para la capacitación de docentes y directivos de las escuelas a través del Diplomado Hacia una Nueva Cultura de la Salud, desarrollado en conjunto con el sector salud; desarrollo y entrega de 1 millón 280 mil ejemplares del Manual del Programa Escuela y Salud para maestros; la distribución de 1 millón 276 mil 500 ejemplares de las “Guías de Activación Física” para preescolar, primaria y secundaria, y la producción del video de Activación física y salud para su consulta pública en línea; la publicación de los lineamientos generales para el expendio o distribución de alimentos y bebidas en los establecimientos de consumo escolar de los planteles de educación básica; se beneficiaron 21 mil 330 escuelas con el apoyo de los servicios de educación especial para crear condiciones que permitan la integración de 138 mil 937 alumnos con necesidades educativas especiales, fortaleciendo a 4 mil 623 servicios de educación especial y por primera vez 86 mil 062 alumnos con aptitudes sobresalientes en áreas científicas, artísticas y deportivas, reciben atención educativa en 7 mil 019 escuelas de 30 entidades federativas.
Sin embargo:
Cuando la ACE habla de la Modernización de los centros escolares para garantizar un ambiente escolar adecuado y sin riesgos, solo contempla la infraestructura que ciertamente al mejorarla tiene que ver con la reducción de accidentes, pero los accidentes escolares no es el tema central y preocupante.
Cuando se habla del programa participativo “Escuela Segura” solo se menciona la atención a 37 mil escuelas en zona de alta incidencia delictiva. No se menciona la prevención de accidentes escolares.
En el punto de salud y alimentación se refiere también a factores relevantes que afectan a los alumnos, aquí se habla de la prevención de la obesidad que es una enfermedad que afecta a los alumnos en un alto porcentaje, menciona el programa sobre la vigilancia y detección de adicciones, del fortalecimiento de desayunos escolares y también de la cartilla de salud en la cual se puede verificar la masa corporal, la salud bucal, agudeza visual, parásitos y otros males, pero los accidentes escolares no son considerados.
A mi juicio, este tema debió ser contemplado considerando los siguientes antecedentes:
El trabajo que han venido realizando desde 1986, las Organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización de las Naciones para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO), para desarrollar un programa integral de Educación para la Salud en la escuela.
La creación del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes, por decreto presidencial en marzo de 1987.
El acuerdo de coordinación suscrito en 1989 entre la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Secretaría de Salud (SSA), para desarrollar el programa de educación y salud.
La creación del Centro Nacional para la Prevención de Accidentes, por Decreto Presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación el día cinco de julio del 2001.
Un mes después, el 13 de agosto del 2001, las Secretarías de Educación Pública y de Salud firmaron las bases de coordinación para el establecimiento, desarrollo y ejecución del Programa de Educación Saludable, que contiene las medidas necesarias para prevenir accidentes y crear un entorno seguro para los educandos.
Me resulta preocupante, que aún con todas esas bases y aún cuando los distintos organismos internacionales consideran a los accidentes como un asunto de salud pública, cuando la Ley General de Salud define al accidente como el hecho súbito que ocasiona daños a la salud y que se produce por la concurrencia de condiciones potencialmente prevenibles, cuando las estadísticas indican que ocupan el primer lugar como causa de muerte entre el primero y 14 años de vida, cuando los expertos en la materia sugieren que 9 de cada 10 accidentes pueden ser evitados y en todos ellos sus efectos adversos puedan ser atenuados; la ACE no haya contemplado sus causas y prevención como un tema central en dicho acuerdo.
Su atención tiene que ver con la reducción de accidentes en el ámbito escolar, pero al hacerlo, sin duda, no solo se estarán creando condiciones que mejoren la calidad educativa, sino que se estará creando una cultura para prevenir los accidentes en el entorno familiar, en el trabajo, en vialidades, en áreas públicas, deportivas, etc. Además de que al invertir en la prevención se genera un ahorro mayor en la atención médica oportuna a dichos accidentes, como ya lo comprobaron los expertos alemanes.
Ojalá y se considerara este tema elemental en los programas que impulsarán los consejos escolares de participación social que funcionarán en la comunidad escolar.
Punto aparte:
Qué bueno que el profesor Félix Mendoza Acuña, Delegado del ISSSTE en Sonora, el profesor Fermín Borbón Cota, Secretario General de la Sección 28 del SNTE y el profesor Oscar Ochoa Patrón en calidad de Secretario de Educación y Cultura, estén sumados en el esfuerzo por dotar de botiquines de primeros auxilios a las escuelas. Con esta última entrega ya suman 6 mil los botiquines tan indispensables en la atención inmediata en accidentes menores. Dicen los que saben que “Medidas sencillas aplicadas oportunamente por alumnos o maestros capacitados para tal fin, redundan en beneficios permanentes para quienes sufren un accidente en la escuela”. ¡Enhorabuena!
Este artículo se publicará en la página www.snteceapson.com del Comité Estatal de Acción Política del SNTE y en mi BLOG http://laopiniondegerardocastro.blogspot.com/