Profr. Gerardo Castro Ruiz.
Navojoa, Sonora; a 15 de enero 2016.- El anuncio de Aurelio Nuño Mayer, Secretario de Educación
Pública, significa la puntilla para el Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación, o al menos obligará a hacer profundos cambios en su estructura, en
su operatividad y por supuestísimo en su representatividad.
Nuño Mayer dijo que en la primera etapa para la depuración de
la nómina magisterial se encontraron 2, 200 comisionados del SNTE que
continuaban recibiendo sus sueldos al margen de la Ley General del Servicio
Profesional Docente, por lo que ahora deberá pagarles el Sindicato.
Previo a este anuncio, la dirigencia fue informada sobre esta
medida y algunos Secretarios Generales de las Secciones sindicales pidieron a
los integrantes de sus Comités Ejecutivos que gestionaran sus licencias sin
goce de sueldo o que buscaran alguna escuela a dónde irse a trabajar porque ya
no estarían contemplados en la nómina magisterial.
Será a partir de la segunda quincena de enero 2016 cuando se
suspenderán los sueldos con recursos de la SEP, pero contrario a lo declarado
por el Secretario de Educación Pública, el dirigente nacional Juan Díaz de la
Torre -como siempre- fue evasivo y se limitó a responder que ningún maestro
será despedido, que los dirigentes son electos para representar y defender los
derechos de los trabajadores, que trabajan todo el día y todos los días para
atender las demandas de los trabajadores, que atienden su función directiva o
docente a la vez que son dirigentes y por lo tanto no son aviadores, pero nunca confirmó que el SNTE pagará los
sueldos de los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional y de los Comités
Ejecutivos Seccionales.
Sin duda esta es la puntilla a un SNTE alicaído y de futuro
incierto, el cual se resiste a poner los pies sobre tierra. La realidad que
viven los docentes con la práctica de la Reforma Educativa ha sido un factor
adverso a las expectativas del Presidente del SNTE en el intento de recuperar
la credibilidad entre sus agremiados, quienes se sienten al garete y optan por su propia defensa.
La dirigencia se encuentra entre la espada y la pared, entre
el claro desamparo del Patrón y el rechazo mayoritario de sus bases,
condiciones que lo obligarán a realizar profundos cambios, no solo en su
estructura y su norma estatutaria, sino también en el papel que ha venido
desempeñando.
Por lo pronto habrá que ver de qué manera se mantendrán los
actuales integrantes de los Órganos Nacionales y Seccionales. Sí hay jubilados
en la dirigencia ellos no tendrán mayores problemas para mantenerse en el
cargo.
Quienes no son jubilados tendrán que elegir entre cuatro
opciones para conservarse en la nómina de la SEP: Jubilarse en el caso de
cumplir con los requisitos que marca la Ley de pensiones; regresar de tiempo
completo a la función magisterial; compartir los tiempos entre la función
magisterial y la sindical, aunque yo no le encuentro cuadratura a este círculo,
ya que si los trabajadores se quejan de que la labor sindical está abandonada
pues con mayor razón si es con tiempo compartido; o ampararse con una “Beca
Comisión”, de esta manera combinarían sus tiempos entre el estudio de alguna
maestría y la función sindical.
Esto último podría ser altamente criticado, ya que muchas
“Becas comisión” serían absorbidas por la dirigencia y los trabajadores de base
tendrían menos oportunidades de disfrutar de esta prestación que les da la
posibilidad de descargar su responsabilidad docente para dedicarse de tiempo
completo a su superación profesional a la vez que disfrutan de su salario.
La última opción sería que el SNTE les pagara su sueldo, tema
que generaría mucha polémica. Por un lado por las condiciones laborales bajo
las cuales se quedarían los dirigentes y por otro lado por el clima que se vive
en las bases. Existe un sentimiento mayoritario de que este Sindicato no hace
nada por los trabajadores, por lo que esa mayoría no vería con buenos ojos que
a quienes sienten que los están hundiendo, todavía de sus cuotas se les pague
para fregarlos más.
Es decir, ni es justo que un buen dirigente que entregue todo
por sus representados no reciba sueldo, como tampoco es justo que los
dirigentes que se convierten en verdugos de los trabajadores reciban sueldo de
las cuotas sindicales.
Como sea, este asunto deberá resolverse pronto, pero
independientemente de las condiciones bajo las cuales finalmente operen estos
dirigentes -buenos o malos-, lo que no hay que soslayar es que esta coyuntura
representa una oportunidad más para que el gremio magisterial revalore la
función sindical, profundice cambios y convierta al SNTE en una real
representatividad de los trabajadores., de lo contrario pasará a la historia.
Te comparto el mini comentario sobre este tema:
Si verdaderamente hubieran desempeñado el cargo..... Estaríamos pasando por todo esto... Primero no defendieron a la base... Y ahora se quieren servir de ella 8(
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