domingo, 15 de agosto de 2010

AQUELLAS PLAZAS DE LOS MAESTROS Y LAS DE HOY

Aquellas plazas de los maestros y las de hoy




Navojoa, Sonora a 22 de Febrero del 2010



Por Profr. Gerardo Castro Ruiz.



La educación, en el marco de la lucha por la Independencia de México, se consideraba de carácter confesional. El clero era el encargado de proporcionar educación.



Aquellos maestros recibían la instrucción sacerdotal que contenía las "normas" que debían reunirse para dedicarse al arte de enseñar a leer y escribir, o sea, lo que actualmente llamamos perfil. De ahí nace, la denominación que más tarde se les dio a las instituciones formadores de docentes, escuela “normal”, pero en nuestros días con carácter laico.



En 1823 se fundó la primera Escuela Normal en México y en 1825 la "Escuela Normal Lancasteriana de la Constitución". Con estas instituciones se va creando el concepto del normalismo y la importancia de formar docentes para la escuela pública.



En 1833, Valentín Gómez Farías creó la Dirección General de Instrucción Pública y con esto aparece la obligación del estado de pagar la labor docente. Sin embargo, para su ejercicio no se requería de formación específica, años más tarde esta condición se estableció en la Constitución de 1857 en su artículo 3o., "La enseñanza es libre. La ley determinará qué profesiones necesitan título para su ejercicio".



Con ello, se establece que la docencia no es una profesión y queda como una ocupación en la que se puede contar con formación específica y un título para ejercerla, pero de igual manera y sin problema alguno podía trabajar como docente quien careciera de cualquier documento y preparación pedagógica. Esto explica el por qué, alguien con un nivel académico de primaria completa o incompleta, podía ser maestro.



En el marco del Porfiriato, en 1900 ya se contaba con 45 escuelas normales, pero aún los profesores eran insuficientes y la cobertura educativa muy reducida, había conciencia de que era necesaria la formación de mas maestros, pero también de la urgencia de cubrir mayor número de poblaciones porque el área rural estaba desamparada.



Para lograrlo, ante la escasez de maestros, se contrataba en la misma población o en las cercanas, a cualquier persona que supiera leer y escribir y tuviera los mínimos conocimientos de la aritmética. Mientras tanto, se trabajaba en apoyo a la educación rural, con la formación de maestros en las Normales rurales.



En 1921 se estableció la Secretaría de Educación Pública. En 1926 se crearon 5 escuelas normales rurales. En 1933, se creó el Departamento de Enseñanza Agrícola y Normal Rural y para 1940 ya se habían creado 33 normales rurales que trabajaban bajo la modalidad de Escuelas Regionales Campesinas, donde a la vez se preparaban técnicos agrícolas y maestros rurales.



Manuel Ávila Camacho gobernó de 1940 a 1946. En 1943 nació el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Durante su periodo la mayoría de los maestros trabajaban con el gobierno federal y algunos en los incipientes sistemas educativos en algunos estados y hasta algunos municipales. Empezaba en los lugares mas importantes la educación media básica y había primarias urbanas y rurales con horarios discontinuos. Ante la falta de escuelas urbanas para atender a los alumnos, estas empezaron a trabajar con horarios continuos y se establecieron los turnos matutino y vespertino.



En esta época sigue la preocupación de contar con maestros con el perfil adecuado, por lo que se creó el Instituto para la capacitación del Magisterio para que aquellos que habían ingresado al servicio con la escolaridad de primaria y secundaria, pudieran prepararse y graduarse como profesores de educación primaria.



La labor docente no era muy atractiva por las condiciones salariales y laborales existentes. De $ 818.00 pesos mensuales que se ganaban en 1961, se pasó en 1963 a $ 875.00, al año siguiente a $ 925.00. Para 1979 se había logrado un salario mensual de $ 1,425.00, de aquellos pesos. En aquel tiempo las direcciones y las supervisiones eran muy pocas y se necesitaban muchos años de servicio para llegar a ocuparlas. Pocos lo lograban



Son varios los Institutos y Direcciones que se han creado a lo largo de la historia de la Educación en México para contar con profesores cada vez mas preparados. Para los que están en servicio se han realizado talleres y cursos de actualización permanente.



En 1975 se crearon las Licenciaturas en Educación para que los profesores que iniciaron sus estudios en una normal básica hasta 1983 pudieran alcanzar este grado y pudieran igualar el nivel de Licenciados en Educación de quienes ingresaron a partir de 1984.



Hasta 1983 se podía ingresar a una escuela normal básica al terminar la secundaria, pero a partir de 1984 las normales elevaron su estudio al grado de licenciatura, por lo que se exigió para su ingreso haber concluido el bachillerato



En la actualidad se requiere de una Licenciatura en Educación Preescolar, Primaria, Secundaria, Educación Especial o Educación Física para ingresar al servicio en cualquiera de esos niveles educativos, pero las reglas han venido cambiando y dificultando la oportunidad de obtener una plaza



Hasta la década de los ochentas podemos decir que los egresados de la normal básica contaban con una plaza automáticamente en base a algunos convenios que existían con los gobiernos del DF y de algunos otros estados de la República y donde no existían dichos convenios su otorgamiento era mediante procesos prácticos.



El trabajo es un patrimonio familiar. Tener la certidumbre de contar con él, es uno de los factores que brinda mayor estabilidad familiar. Cursar la Normal era sinónimo de trabajo seguro, por esta razón, aquél estudio que no era atractivo a mediados del Siglo XX ahora tenía mas garantías y las Normales tuvieron cada vez mayor demanda. Aquella insuficiencia de maestros para cubrir la necesidad educativa, se transformó en un excesiva formación de docentes en las normales, problema que se agravó con las falsas expectativas de formación docente que crearon instituciones como la UPN y otras de nivel superior. Debido a este fenómeno y a políticas inadecuadas que niegan su contratación definitiva, hoy tenemos muchos maestros desempleados



Año con año, el Congreso de la Unión aprueba el gasto público. Con esto, la Secretaría de Educación Pública recibe los recursos suficientes para el pago de los salarios anuales de los docentes en servicio y para las nuevas contrataciones, las necesarias para garantizar la atención de los alumnos inscritos en los diversos niveles educativos.



Sin embargo, hace un poco más de 10 años, en perjuicio de los docentes que aspiraban que sus servicios fuesen contratados en definitiva por la dependencia educativa, se inició un desafortunado proceso.



Bajo el argumento de la política del Ahorro del Presupuesto educativo, cuyas economías de todos esos años no sabemos dónde y en qué se han aplicado. Los nuevos contratos que debieron ser definitivos para los docentes fueron cambiados por contratos interinos en periodos laborales que oscilan entre 2 meses y tres meses y medio.



El Reglamento de las Condiciones Generales de Trabajo del Personal de la Secretaría de Educación Pública, señala que la SEP, tiene la facultad de realizar contratos definitivos, interinos, por tiempo fijo o por obra determinada, según las necesidades. Sin embargo, la Secretaría de Educación y Cultura ha venido manipulando el presupuesto educativo y ha omitido la necesidad de la contratación definitiva de más de 1000 trabajadores que cubren las vacantes definitivas de manera interina y errante en varias escuelas.



Esta inestabilidad e incertidumbre laboral de los docentes, provoca que los alumnos cambien periódicamente de maestros, afectando en cierta medida el desarrollo del plan educativo y generando la justa inconformidad de los padres de familia.



Desde los Órganos de gobierno sindical, reiteradamente hemos surgido algunas voces con la exigencia a la representación sindical de que se atienda este problema, que afecta a los propios trabajadores no solo por la incertidumbre y el errantismo laboral, sino también porque lesiona fuertemente sus prestaciones económicas y sociales. Ejemplos son varios: Reciben irregularmente su salario, su tiempo laboral se reduce al suspenderse en los periodos vacacionales, su aguinaldo se reduce, algunos no generan derechos de pagos de vacaciones, de primas vacacionales, de días del maestro, de inicio de ciclo escolar, etc.



Hoy, después de tantos años de tolerar esto, hay que decir que mas vale tarde que nunca y reconocer los primeros pasos que se están dando para solucionar este problema.

El pasado 10 de febrero, la lidereza vitalicia, Profra. Elba Esther Gordillo Morales, Presidenta del SNTE, entregó mil 653 nombramientos definitivos a maestros hidalguenses de preescolar general e indígena, primaria indígena, educación especial, secundaria general y técnicas, así como educación física, que padecían lo mismo que nuestros maestros en Sonora. Al entregarlos reconoció que los nombramientos limitados no daban garantías laborales, de servicios médicos, jubilación y prestaciones, derechos que la constitución respeta”

Hasta el momento se han corregido irregularidades en Hidalgo, Nuevo León, Aguascalientes, Morelos, Quintana Roo, Sinaloa, Colima y Tabasco.

En Sonora, el Profr. Ismael Valdez López, Secretario General de la Sección 28, anunció que se buscará que para el próximo ciclo escolar cerca de 800 docentes que laboran como interinos obtengan su plaza.

Aclaró que con ello se busca abatir en un lapso de dos años, el número de interinatos que se tienen en escuelas federales de Sonora. Siempre y cuando cumplan con los requisitos que marca la convocatoria.

Con la firma de la Alianza por la calidad de la educación el 15 de mayo del 2008, las plazas son otorgadas mediante un examen de oposición, que en sus dos primeros años de su ejercicio ha dejado muchas inconformidades, lo que nos indica que esto es perfectible y que es necesaria su evaluación para llenar vacíos que garanticen la transparencia total. Pero este tema merece un análisis especial que dejaremos para otro momento.

Por ahora digo, así se otorgan las plazas a los maestros de hoy.

Mis comentario estarán todos los lunes a partir de las 8 de la mañana en la Radio de Navojoa “La Única” 1100 AM

1 comentario:

  1. Soy de quienes aún cree que la educación puede venir de cualquier ámbito. No doy crédito a los muchos títulos ni a los muchos postgrados. La educación va más allá de rubros establecidos y se engrandece a través de la práctica cotidiana. A mayor esfuerzo, mayor trabajo neuronal.

    Siempre ha habido y habrá, buenos y malos docentes. También los del término medio, irremediablemente. Tuve grandes y geniales Maestros, a los cuáles recuerdo siempre con profunda admiración. Algunos normalistas, otros no… pero de igual manera, quienes en mí dejaron huella, fue por la intensidad y el buen gusto por verdaderamente saber transmitir un conocimiento específico.

    Soy egresada de la ENES en los ochentas. Es verdad, mi plaza me la dieron en charola de plata. Hasta me dieron a elegir entre unas y otras. Tuve la oportunidad de trabajar para el Estado a sólo unas cuadras de mi casa, aquí, en Cd. Obregón. Quizá mi alma vaga me llevó a Peñasco. Qué feliz trabajé ahí; aparte de que vivía justo frente al mar. Hoy día es un lío grande lo de las plazas; ojalá que quienes las consigan, aprendan a apreciarlas y a cuidarlas

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