Ejemplar trayectoria del maestro Enrique Ibarra Álvarez

Hermosillo Sonora a 20 de octubre del 2013.

Por: Prof. Gerardo Castro Ruiz.

Secretario de Proyecciones Salariales.

Del Comité Ejecutivo de la Secc. 28 del SNTE.

Los XXIX Eventos Deportivos y Culturales de la Sección 28 del SNTE llevaron el nombre del ilustre maestro Enrique Ibarra Álvarez.

No es fácil sobresalir en un gremio tan capacitado, lleno de habilidades y con incansable voluntad como lo es el magisterio.

Nunca la labor de un maestro se ha limitado a lo ordinario o cotidiano (Salón de clases). Los maestros siempre están poniendo el extra.

Más trabajo, más tiempo y dinero de su bolsillo realizando en casa tareas relativas a su trabajo (Planeación, materiales, evaluaciones, llenados de formatos oficiales, etc.).

Extras en la escuela mejorando las condiciones del salón de clases, preparando variados concursos  inter-alumnos  para las diversas etapas que establecen las convocatorias estatales o municipales. Así como  organizando no solo las festividades que marca el calendario escolar, sino aquellas que contempla el calendario  civil y que son parte de la cultura regional y/o mexicana, además de las festividades que programan las autoridades municipales. Y más allá de lo calendarizado, la vocación y su propia naturaleza lo impulsan a fomentar el deporte y la cultura en tiempo extra, fuera del aula y en la comunidad.

Extras en la superación y actualización profesional, en la preparación y presentación de exámenes de carrera magisterial entre otros.

Si hablamos de un maestro que labora en el medio urbano hay mucho más que agregar. Aún más, la carga de trabajo y las actividades son superiores si se trata de un maestro rural.

Con lo dicho queda claro que el esfuerzo de los maestros siempre ha sido extraordinario aunque los enemigos de la Educación Pública digan lo contrario.

Por ello –repito- no es fácil sobresalir en un gremio tan capacitado, lleno de habilidades y con incansable voluntad como lo es el magisterio.

Pero hay quienes lo logran, porque entre los extraordinarios, son extraordinarios. Son ilustres, y sus obras son testimonio de ello. El maestro Enrique Ibarra Álvarez es claro ejemplo de lo que aquí se expresa.

Él  inició sus estudios de la docencia en el año de 1959 en la Escuela Normal “Domingo Carballo Félix” de la Paz, Baja California Sur. En ella se tituló como Profesor de Educación Primaria en 1962, ingresando a las filas del magisterio ese mismo año.

Su vida laboral inicia en la comunidad de San Bernardo, Álamos en la Escuela Primaria Rural Federal Cuauhtémoc. Ahí contrae matrimonio con Hermelinda González Mendoza formando una familia de 4 hijos, Iván Enrique, Araceli, Ramón Ángel  y María Genoveva.

En su superación profesional  destaca su asistencia a la Confederación Deportiva Mexicana, en México Distrito Federal, donde desarrolla el curso para formación de monitores de educación.

Posteriormente en 1974 realiza el Curso Regional de Superación Técnica Deportiva en el mismo lugar y en 1980 se capacita como entrenador deportivo en la Federación Deportiva de Sonora.

Durante su vida laboral se desempeñó como  instructor de alfabetización rural, integrante del patronato por la fundación de la Escuela Secundaria Federal en Álamos “Profesor Adrián Salas Madera”, Supervisor Escolar Federal de Educación Primaria en la Zona No. 29 de Álamos Sonora, logró la incorporación de la Escuela Preparatoria por Cooperación de alumnos al sistema del Colegio de Bachilleres, inicia el subsistema de educación especial en Álamos, desempeñó la comisión temporal como jefe de sector No. 12 de Educación Primaria.

Siempre combinó su labor educativa con el deporte y en este ramo introdujo la práctica del atletismo y la enseñanza de esta rama deportiva en el municipio de Álamos, participación en los juegos pre-nacionales de béisbol, representando a Sonora como parte del equipo técnico, participante activo desde que se formó el equipo de béisbol en Álamos, ha participado en el béisbol magisterial en 8 eventos como manager, obteniendo 4 campeonatos y 2 subcampeonatos.

Durante su labor docente se ha hecho merecedor de reconocimientos como la Medalla de Oro Maestro Rafael Ramírez por sus 30 años de servicio, Medalla de Oro Maestro Ignacio Manuel Altamirano y homenaje y reconocimiento por el H. Ayuntamiento de Álamos por 51 años de Servicio.

En el ámbito sindical fue suplente en la Secretaria de Deportes del Comité Ejecutivo Seccional  Sección 28 SENTE, Secretario General Delegacional D-I 52 y Auxiliar Secretaría Organización VI nivel primaria, Álamos.

Cierto que para ser nominado a la edición de los Eventos Deportivos y Culturales de la Sección 28 se considera lo realizado en deporte y/o cultura en las filas magisteriales, pero es importante subrayar que la obra del Profesor Enrique Ibarra ha sido integral. Por ello es importante destacar también su obra en el aspecto político-social.

 Fue Presidente Municipal Constitucional de Álamos, Sonora, en el trienio 1988-1991; responsable temático en la consulta sobre Educación y deporte, realización de foros; integrante del Comité Técnico de Pueblos Mágicos y del Consejo de Desarrollo Cultural Municipal de Álamos.

Propuso y logró  que el municipio de Álamos se incluyera en el catálogo de Municipios Turísticos: propuso y gestionó la creación del primer Festival Cultural en Sonora “Festival Dr. Alfonso Ortiz Tirado”; propuso al Congreso del Estado, para que se declarara La Ciudad de Álamos, Sonora Monumento Histórico, Artístico y Cultural, creó el Proyecto y la propuesta inicial para declarar la Sierra de Álamos, como Reserva Ecológica y Cinegética.

Después de 51 años de servicio –se dice fácil- sigue activo desempeñándose como Coordinador General  del Centro de Maestros de Álamos, Sonora.

Todos esos testimonios avalan el concepto que su hija externó sobre su persona, no como padre, sino como maestro:

“Al maestro Enrique Ibarra Álvarez  le distinguen su iniciativa y entrega profesional, su prudencia al actuar; en la que refleja siempre una personalidad propia, ser maestro; con su ejemplo dentro y fuera del aula ha sembrado afecto y valores humanos; ha sido un modelo claro de vocación y principios, siempre se ha dedicado a educar, a ayudar a los demás en su promoción humana, como profesor en el aula siempre  contribuyó a que sus alumnos desplegáramos al máximo nuestras potencialidades y gracias a él  hoy en día, somos personas de bien y participamos activa y responsablemente en diversas labores en beneficio de la sociedad. Es grato constatar que profesores de la talla de Enrique Ibarra Álvarez, con su esfuerzo, vocación y espíritu de servicio ennoblecen la labor del maestro”

Hace meses me había fijado el compromiso personal de escribir sobre la interesante trayectoria de este gran hombre, pero que bueno que lo hago en el marco de un merecido reconocimiento. Su historia es ejemplar.

Orgullosamente he cumplido con uno de mis grandes temas pendientes.

Maestro Enrique Ibarra Álvarez, mil felicidades. Reciba un fuerte abrazo.

Desde mi muy particular postura Institucional. Un fuerte abrazo a todos mis lectores.

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