Profr. Gerardo Castro
Ruiz.
La justicia no es justicia cuando a capricho o conveniencia
se ejerce. Tampoco puede presumirse del Sistema de Justicia Mexicano cuando a
los cercanos se les dispensan hechos que a otros los llevan a la cárcel.
Mientras nuestro sistema de justicia funcione de acuerdo a
los intereses de quienes tienen el privilegio de mandar, la impunidad seguirá
campeando y privilegiando a los cercanos al poder.
Mientras que a Kate del Castillo la “Justicia Mexicana” la
trae de la cola por presunta complicidad con Joaquín “El Chapo” Guzmán, el capo
más perseguido, la primera dama de la Nación,
Angélica Rivera, fue rescatada y dispensada en el escandaloso caso de la
casa con valor de 86 millones de pesos que dijo había comprado con su trabajo
en Televisa y con la promoción de spots.
Dos casos similares con trato diferente.
La “Gaviota” como se le conoce en el medio artístico a la
Primera Dama, fue defendida por la Presidencia de la República a través de un
comunicado en el cual se reconocía que la familia presidencial sí vivía en esa
casa que la señora adquirió -extrañamente- con la cuestionadísima Empresa Higa,
con la cual el Presidente Peña Nieto había tenido relación en sus tiempos de
Gobernador del estado de México, relación que sospechosamente aún continúa sin rubores y sin el mínimo
temor al juicio por evidente conflicto de interés en millonarios contratos.
Más tarde la señora Rivera explicó en un video -cuyo
contenido fue altamente criticado y nunca creído- que su acrecentado patrimonio
lo adquirió gracias a onerosos contratos con Televisa.
La honorabilidad de la familia presidencial fue salvada por
el privilegio de mandar. Enrique Peña Nieto instruyó la creación de la
Secretaría de la Función Pública, al frente de la cual nombró al amigo de la
familia Virgilio Andrade y le giró instrucciones para que se investigara el
escandaloso caso de corrupción de Angélica Rivera y el posible conflicto de
interés del mismo Peña Nieto.
Por supuesto que el resultado de la investigación de su amigo
Virgilio exculpó a la Pareja Presidencial. Es como si se encargara a Erick del
Castillo -padre de Kate- para que investigara a su propia hija. La diferencia
es que los “Del Castillo” no tienen el privilegio de mandar.
Tan criminales son quienes con sus actividades envenenan a la
sociedad, como los que a través de actividades supuestamente lícitas saquean al
erario público. En ese caso entonces… tanto Kate como la Gaviota han tratado
con presuntos delincuentes, pero la Justicia Mexicana las ha tratado diferente.
Mientras que la actriz denunció "No tengo por qué dar
explicaciones a la prensa. Si no hablo es porque mis abogados así me lo
aconsejan, ya que el Gobierno me quiere a fuerza destrozar", la
Presidencia de la República defendió a la “Gaviota” en el comunicado de
entonces, “Angélica Rivera tiene la solvencia para comprar el inmueble gracias
a una carrera profesional que le ha permitido consolidar su patrimonio
personal”.
Justicia es, o todos coludos o todos rabones, no hay que ser
tan descarados.
Culpable o no, Kate tendrá que enfrentar al peso del poder y
defenderse hasta con la uñas, porque el privilegio de mandar en México, no le
hará justicia. Por lo pronto pidió un amparo a un juez federal mexicano contra
cualquier orden de detención.
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