Profr. Gerardo Castro
Ruiz.
Tropiezos y más tropiezos han
venido cometiendo las autoridades al poner en práctica la Reforma Educativa y
enfrentarse a la realidad. Lo que hace suponer que ya no sienten lo duro sino
lo tupido.
Desorden, desesperación, contradicciones, incumplimientos, reversas,
inconsistencias, ilegalidad, falta de recursos, sangre y muerte ha
caracterizado la implementación de la Reforma.
En el caso de las evaluaciones los
maestros en servicio y los aspirantes a ingreso deben alcanzar los exigentes
parámetros que impone el INEE para ser considerados como idóneos y ejercer la
docencia.
De acuerdo al número de reactivos
los participantes que alcanzan 72 aciertos tendrían una calificación
aprobatoria, sin embargo el INEE exige 100 aciertos de los 120 reactivos para
ser clasificados en la idoneidad. De lo contrario los ingresados antes de la
Reforma tendrán tres oportunidades y los de nuevo ingreso dos para mantenerse
en funciones docentes o ser despedidos.
La política -pretexto- de tener a
los mejores maestros ha llevado a distorsionar el término idóneo, el cual no
quiere decir que lo sabe todo o que reúne todas las cualidades para desempeñar
alguna función, sino que reúne ciertas condiciones esenciales para desempeñar
su cargo.
Vaya, la definición más sencilla es
que ser idóneo es ser suficiente, y si en la docencia sabemos que un 6 equivale
a suficiente, no se puede entender el por qué el INEE considera no idóneos
(insuficientes, incapaces, incompetentes, ineptos, inhábiles) a quienes
obtienen desde 72 a 99 aciertos de los 120 reactivos en total.
No solo en estos casos el término
está mal empleado, sino que -peor aún- peca de incongruente en el caso de los
interinos que se encontraban trabajando desde el inicio del ciclo escolar y les
suspendieron sus interinatos para ser suplidos por docentes que no presentaron
la evaluación.
Estos interinos sí presentaron el
examen y en la medición resultaron con calificación suficiente, es decir,
demostraron contar con ciertas condiciones para desempeñarse en la docencia,
mientras que no se sabe si quienes los suplieron son mejores.
El argumento de las autoridades
para expulsar a estos muchachos es que quienes no son idóneos no pueden
trabajar como docentes y quienes n o presentaron el examen no tienen el
antecedente de la no idoneidad. ¡Qué explicación tan desafortunada! Si la
política es tener a los mejores maestros, entonces… ¿Cómo saben si quienes los
suplieron son mejores?
Las autoridades cometen estos
errores porque su mentalidad está acartonada, solo piensan en el artículo que
hace referencia al despido de los maestros. Su actitud evidencia la verdadera
intención de la Reforma.
La Ley dice que quienes aspiren a
obtener una plaza deben demostrar ser idóneos mediante un examen. Entonces…
¿Por qué otorgaron plazas interinas a quienes no lo han demostrado? Al menos
los que ya se encontraban trabajando demostraron ser suficientes, aunque no
hayan alcanzado el exigente parámetro que impone el INEE con la finalidad de
reprobar y expulsar a un mayor número de maestros.
Quienes presentaron el examen y
quienes no lo hicieron tienen necesidad del trabajo, ojalá pudiese
contratárseles a unos y otros, pero mi reflexión va en el sentido de las
incongruencias e injusticias que se siguen cometiendo en aras de imponer una
reforma Educativa a todas luces punitiva.
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