Hermosillo, Sonora a 24 de mayo del
2013.
Por: Prof. Gerardo Castro Ruiz.
Secretario de Proyecciones Salariales.
Del Comité Ejecutivo de la Secc. 28 del SNTE.
Compañeras y compañeros integrantes del
Comité Ejecutivo de la Sección 28 del SNTE, de los Comités Ejecutivos
Delegacionales, Representantes de Centro de Trabajo y Representantes de
Escuela.
Me parece que es importante compartir
con ustedes algunas reflexiones sobre el estado crítico que está viviendo el
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, para que a partir del
reconocimiento de esa realidad la enfrentemos con toda responsabilidad.
El SNTE pasa por un estado de crisis de
liderazgo originado por la pérdida de credibilidad que se agudizó y aceleró por
el verticalismo con el cual se ha venido conduciendo; por la falta de procesos
democráticos y transparentes en la elección de dirigentes en los niveles
seccionales y nacional; por la falta de legitimidad de esas dirigencias; por la
ambición y sed de poder de Elba Esther Gordillo Morales que la llevó a
construir un imperio a su servicio; por la falta de transparencia y por el
abuso de confianza en el uso del peso político y los recursos de nuestro
Sindicato para fines personales, familiares y/o cupulares; por el extravío del
quehacer sindical; por una agenda ajena al magisterio y por la falta de
respuesta a las necesidades más apremiantes de nuestro gremio.
La falta de credibilidad se ve en las
calles, en los espacios públicos, en las redes sociales, en los eventos
sindicales donde participan los Trabajadores, así como en las escuelas que
muchos de los integrantes del Comité Seccional visitaron recientemente y en las
que no visitaron también.
La desconfianza es mayoritaria, la
realidad es que las dirigencias seccional como la nacional saldrían reprobadas
ante la opinión de los representados y eso no debe complacer a nadie, por el
contrario, nos debe preocupar a todos y corresponde a todos darle solución.
El mal ejercicio y la excesiva práctica
del verticalismo nos ha afectado demasiado, al grado de desvirtuar y restringir
el concepto institucional a un acto de obediencia al dirigente seccional y nacional
sin derecho a réplica. Quien desobedezca no es institucional. Ninguna decisión
tomada desde las cúpulas admite discusión, análisis o sugerencia, solo debe
acatarse. Nadie tiene derecho a opinar lo contrario. Ese, es un falso concepto
de la Institucionalidad que yo no comparto, porque la toma de decisiones en los
asuntos trascendentales que atañen al magisterio debe ser compartido, de manera
horizontal y no vertical o cupular.
En el marco de los paros de labores que
recientemente se realizaron por algunos Trabajadores, una vez más se pidió
depositar la confianza en la toma de decisiones verticales, en la actitud, en
las gestiones y en las negociaciones de la dirigencia, confianza que se otorga sin
regateo alguno cuando los liderazgos están legitimados por los hechos.
Aun cuando los procesos de su elección
no hayan sido muy confiables, las bases pueden legitimar al dirigente cuando todo
su desempeño ratifica su compromiso con los intereses de los Trabajadores.
Puede ir bien o mal al gremio pero cuando los agremiados ven al dirigente de su
lado, el respaldo es total aun en las peores crisis. Desafortunadamente la
crisis en la que se encuentra la dirigencia cupular del SNTE no favorece al
voto de confianza que se solicita.
Institucionalmente así debe ser, depositar la confianza en quien representa a
la Institución (SNTE), porque los dirigentes que cuentan con la titularidad del
contrato colectivo de trabajo deben representar los intereses de los
Trabajadores ante las instancias correspondientes. Eso no se discute y nadie
trata de arrebatar esa facultad.
En ese marco de respeto a la
titularidad, los trabajadores pidieron que sus dirigentes asumieran esa
responsabilidad en defensa del colectivo y que sus acciones fuesen tangibles.
La esperanza de que así sucediera la mantuvieron durante mucho tiempo, fueron
respetuosos en ese sentido y esperaron el tiempo necesario, pero al no
encontrar respuesta y al acrecentarse su incertidumbre tuvieron que abanderar
su propio reclamo.
La Reforma Educativa se realizó en
diciembre del año pasado y la otrora Presidenta del SNTE, Elba Esther Gordillo
Morales convocó a Sesión de Consejo Nacional donde se fijó la siguiente postura
en un pronunciamiento: “Con relación a la reforma particular sobre el servicio
profesional y la permanencia de los maestros en el servicio docente, acordamos
expresar de manera transparente que el SNTE no puede respaldar una medida que
amenaza la estabilidad laboral y que genera incertidumbre en el empleo; El SNTE
reitera su inconformidad con la aprobación de una disposición que amenaza la
estabilidad laboral y la seguridad en el empleo”.
Eso es lo más claro y contundente que se
ha dicho. Después del encarcelamiento de la Presidenta del SNTE, no se volvió a
puntualizar al respecto, por el contrario, el discurso se tornó terso y reiterativo
en respaldo a la Reforma Educativa.
También la dirigencia nacional aún
comandada por Elba Esther Gordillo, convocó en enero a la movilización que se
le denominó “La Jornada Nacional por la Defensa de la Educación Pública y sus Maestros”
a través de la cual se alertaba a los Trabajadores de la Educación de las
amenazas laborales con el término “Permanencia” y se señalaban a la vez algunos indicios de
privatizar la educación, así como la afectación de los padres de familia al
responsabilizarlos de resolver las necesidades que se generaran en las
escuelas. De igual forma se alertó a otros gremios sobre lo que a ellos también
les pudiera suceder.
Se hicieron marchas pacíficas, eventos
culturales, eventos deportivos y muchas otras actividades, en días inhábiles.
Los Trabajadores reclamaban acciones más contundentes en días hábiles y
corregir el discurso. Sentían que ni el discurso, ni las consignas que se
alzaban correspondían al reclamo magisterial. Muchos trabajadores se
resistieron a participar y otros decidieron abanderar su propia exigencia con
otro método de lucha.
En el marco de esa “Jornada Nacional”,
recordarán ustedes que en cada una de las regiones fueron reunidas la
estructura sindical y la educativa para que de viva voz de nuestro Secretario
General de la Sección 28, profesor Fermín Borbón Cota y del Representante del
Comité Nacional, profesor Eduardo Hernández Castillón se les explicara
-auxiliados con diapositivas- las amenazas laborales que contenía la Reforma
Educativa, la responsabilidad de los padres de familia de resolver las
necesidades de las escuelas y sobre los indicios de la privatización de la
educación. Todo eso, el posicionamiento del Consejo Nacional, los discursos, las
posturas y la movilización fueron abandonados radicalmente después del
encarcelamiento de Elba Esther y sustituidos por discursos y actitudes menos
combativas y claras, con lo cual se acrecentó la incertidumbre y la confusión
entre los trabajadores.
Es decir, las propias dirigencias generaron
el caos a través de una gran campaña donde se alertaba sobre el riesgo de
perder el trabajo con el término “Permanencia” insertado en la Reforma Educativa,
convocaron a las manifestaciones y expresaron su exigencia para la eliminación
de dicho término, le dieron una gran difusión a esta campaña de su propia voz y
después no hallan cómo hacerle para aplacar ese caos que generaron y a la vez, ellos
mismos complicaron con un cambio radical y sospechoso en su postura. Esa es una
realidad que todos vivimos y de tal forma se debe asumir. Nadie más generó el
caos y llevó las cosas a como están actualmente.
Esa angustia llevó a muchos Trabajadores
a suspender labores y manifestarse en las principales ciudades de nuestro
estado. Algunos en abril, otros el 1° de mayo a pesar de la exigencia de no
desfilar, algunos más el 2 de mayo, otros el 5, otros el 7, otros el 15 y una
manifestación más de manera simultánea y articulada en las diversas regiones el
16 de mayo.
Ellos se han organizado desde liderazgos
regionales en un movimiento propio de Sonora, sin siglas ideológicas. No hay
persona ni pensamiento político alguno, ni dentro ni fuera del Estado a quien
se le pueda atribuir esa Movilización. Sus liderazgos son independientes de
ideologías y sin fronteras ideológicas, pero tampoco se puede negar la
presencia y participación plural. Es un movimiento incluyente.
También se ha dicho que quienes han
salido a las calles en contra de la Reforma Educativa son los menos y las
dirigencias elitistas continúan asegurando que la mayoría acepta la Reforma
Educativa.
Cierto que las minorías se han
pronunciado en contra de la Reforma, pero también es cierto que la percepción
que tienen los dirigentes es equivocada. En una encuesta que realicé
recientemente, el 86% dice no estar de acuerdo con la Reforma Educativa y el
88% dice que los afecta laboralmente, pero no todos participaron en las
manifestaciones debido a otras razones.
Un 42% de los que no se manifestaron dicen
que permanecieron en las aulas por presiones de la dirigencia. Eso no debe
enorgullecernos, sino preocuparnos. Un 32% dijo que no participó porque no
querían que se les descontara el día y un 7% dijo que no sabe la razón por la
cual no se manifestó, mientras que un 17% opinó que no participó porque aceptan
la Reforma. Creo que podría agregar dos factores más que les impidió
manifestarse a muchos trabajadores de algunas regiones, no hubo quien los
organizara y muchos otros no se enteraron a tiempo.
Un dato interesante es que si bien es
cierto que por todos esos factores la mayoría no ha participado, un 84% de los
Trabajadores está dispuesto a manifestarse mínimamente con una manta en la
entrada de su escuela manifestando su inconformidad.
Lo anterior evidencia que la mayoría no
está de acuerdo con la Reforma Educativa. En base a esto, se puede visualizar
que si la dirigencia convocara a una manifestación para respaldar la Reforma
Educativa, no contaría con la participación mayoritaria.
A veces se idean estrategias dizque para
tener el pulso político, pero que resultan ser solamente un autoengaño. Así
sucede mayoritariamente en las participaciones colectivas (Reuniones). Si
queremos saber la opinión de los trabajadores sobre equis tema, no hay nada
mejor que su opinión sea de manera anónima para evitar que esta sea
influenciada. No son muchos los que vencen los temores o las conveniencias,
según sea el caso, para externar su opinión real de manera abierta. Como este,
hay más ejemplos y ustedes los conocen, pero creo que el miedo de la dirigencia
a tener el pulso real se debe perder, debemos de ir al fondo, trabajar para
mejorar esta triste realidad y fortalecernos gremialmente.
Pero independientemente del tema del que
se trate, se ve con preocupación la pérdida -cada vez mayor- del poder de
convocatoria de la dirigencia. Esa era una preocupación de Elba Esther en el
marco de la “Jornada Nacional”, porque la convocatoria no tuvo la respuesta ni
la eficacia esperada. Por ello el propósito del último Consejo Nacional al que
convocó, era revisar la estrategia y subirla de tono pero la tarde anterior fue
aprehendida por los cargos de Delincuencia organizada y manejo de recursos de
procedencia ilícita. Suceso que estremeció al SNTE y lo puso en condiciones muy
desfavorables ante la envestida de los intereses políticos y económicos a
través de la Reforma Educativa.
Entonces, aquel Consejo Político del
SNTE, no logró su propósito re afirmativo y fortalecedor sobre la defensa
laboral, sino que coyunturalmente terminó
por ser electoral y regresivo en su propósito, con un cambio radical en
su postura. Ahí se nombró al profesor Juan Díaz de la Torre en sustitución de
la maestra.
Pese a todos los argumentos que puedan
dar, amparados dizque en la norma estatutaria y las circunstancias que
repentinamente se vivieron y obligaron a tomar esa decisión, Juan Díaz de la
Torre necesita legitimarse tanto en un nuevo proceso estatutario –Congreso
Nacional electivo con nuevas reglas- como en los hechos con la defensa de los
intereses de los Trabajadores de la Educación. Pero como hemos dicho, con su
postura hasta la fecha ha venido mandando mensajes de la aceptación de la
Reforma Educativa y no se ha deslindado de todo lo que trascendió a través de
los medios de comunicación en torno al relevo de Gordillo y su relación con el
saqueo millonario de nuestras cuotas sindicales.
Juan Díaz tiene esa deuda con los
Trabajadores, primero debe dar respuesta puntual, sin rodeos sobre el suceso
bochornoso que vivió el SNTE y después de la Reforma Educativa debe convocar a
un Congreso de Reforma Estatutaria, donde se establezcan procesos de elección
de dirigentes seccionales y nacionales más democráticos y transparentes. Desde
mi punto de vista debiera de eliminar el Cargo de Presidente del SNTE, cerrar
la etapa del Gordillismo y bajo las nuevas reglas convocar a la elección de una
nueva Dirigencia Nacional.
Lo que nos queda de su reciente
participación con los integrantes del Pacto por México, es que no hay marcha
atrás en los efectos del término permanencia. En vez de pedir que sus efectos
no afecten la estabilidad laboral, pide que la evaluación sea justa (¿?) y un
espacio para el SNTE en el INEE. Esto último brindará confianza para muchos,
pero desafortunadamente muchos otros desconfían en el caso de que se concrete
su participación en ese Órgano de Evaluación. Llegar a este grado es una
tristeza para nuestra Organización, pero es una realidad que se vive debido a
la crisis por la que atraviesa actualmente nuestro gremio.
De acuerdo con la respuesta salarial que
entregó el pasado 14 de mayo la SEP a Juan Díaz de la Torre, líder del SNTE y
presidente del Consejo General Sindical para el Fortalecimiento de la
Educación, el gremio magisterial contará con 200 millones de pesos para
“ayudarle” a la SEP a realizar una campaña de comunicación en torno a la
reforma educativa, difundiendo los beneficios y compromisos de la citada
Reforma”. Esto, de ninguna manera es correcto, mucho menos ético.
O visto de otra manera, son recursos que
el Patrón le da a los dirigentes para que le ayuden a atenuar o reducir las
seguras reacciones del gremio una vez que las Leyes Reglamentarias hayan sido
aprobadas. Finalmente, informar es una obligación de la Dirigencia y debe
cumplir con esa responsabilidad, pero lo importante es que se informe
crudamente y sin rodeos, nada de matices para favorecer al patrón. Esa sería mi
sugerencia para que no se cometa el error en el que se ha estado cayendo con
afirmaciones y negaciones como respuestas de meras ocurrencias para salir del
paso, las cuales terminan en contradicciones y confusiones que hacen más grande
la flama magisterial.
Lo mismo sucedió con la reforma a la Ley
del ISSSTE. El gobierno dio la lana y los dirigentes fueron a PROMOVER Y A CONVENCER a los
Trabajadores de las supuestas bondades de dicha Ley. Es decir, los dirigentes se
encargaron de hacer el trabajo rudo y a 6 años después de la reforma los trabajadores
pagamos más, tenemos que trabajar más años y las condiciones sociales de los
trabajadores son cada vez más deplorables. El moderno ISSSTE que se prometió no
termina por llegar, o quizá, lo moderno es que está peor.
Sé que esta cruda realidad duele a la
estructura sindical, muchos quisiéramos no escucharlo y menos aceptar la crisis
que estamos viviendo, pero son cosas sobre las que sin ambages tenemos que
reflexionar y tomar decisiones.
Alguna vez dirigí una carta a mi
Secretario General, profesor Fermín Borbón Cota, en la cual le dije que desde
cualquier posición me he caracterizado por el análisis, la crítica y la
propuesta cuando de asuntos sindicales se trata. En esa misiva definí el
concepto Institucional desde el cual sustento mi postura y sobre el cual les
invito a reflexionar.
“Es importante dejar en claro hoy, que
soy Institucional porque mi mayor preocupación es la defensa y el
fortalecimiento de nuestra Institución, el SNTE. Que soy Institucional porque
mi quehacer sindical está motivado por alcanzar la unidad gremial; por la
defensa de la educación pública de calidad;
por la defensa, conservación
y fortalecimiento del SNTE; por la
representación unitaria de nuestra organización sindical, así como por más y mejores condiciones de vida de los
trabajadores de la educación”.
“El que pretende dividir, debilitar y
destruir al SNTE perteneciendo a él, no se puede llamar Institucional. Pero
tampoco se puede llamar Institucional el que viendo fallas, debilidades,
vacíos, vicios o excesos, calla y no hace nada por corregirnos y fortalecernos.
Ver impasiblemente cómo se debilita o se puede
desmoronar lo que es nuestro, lo que tanto nos ha costado construir, es
imperdonable. En ese concepto está fundamentado mi pensamiento y acción
sindical”.
Hoy más que nunca debemos fijar una
verdadera postura Institucional. Que un préstamo, una plaza o un interinato
para un familiar nuestro, la conservación de nuestros cargos o la aspiración a
otro más, no sea impedimento para
expresar institucionalmente lo que sentimos que anda mal y hay que
mejorar.
Solo así tendremos un SNTE mejor,
reivindicativo, de lo contrario, cada vez continuará perdiendo su poder para
convertirse en un Sindicato blanco. De seguir así se extinguirá por inoperante
y quizá dé paso al nacimiento de otro. Afortunadamente ni pintos ni colorados
le apuestan a eso. Todos quisiéramos un SNTE fuerte, dirigentes –nacionales y
seccionales- al lado de los Trabajadores, legitimados por sus hechos y
fortalecidos desde las bases.
Compañeras y compañeros:
Son muchos los temas sobre los que hay
que reflexionar, aún quedan muchos en el tintero, pero los iremos desarrollando
en las próximas semanas y meses.
Desde mi muy particular postura
Institucional, reciban un fuerte abrazo.